La guía del superviviente oncológico

Esto es un detalle muy tonto pero te puede venir muy bien: apunta las cosas que te preocupen. Recomendarte un diario sería muy estético y bucólico pero esto es más práctico, porque yo soy un desastre, se me olvida el cuadernito y al final, o no lo apunto todo, o me lo dejo en casa el día que tengo consulta.

CONSEJO: Mi recomendación es que hagas un grupo de WhatsApp en el que estés, bien tú solo, bien tú y la persona que te acompañe a las consultas (tu acompañante principal). En ese grupo tienes que apuntar todas las dudas que se te ocurran. Y digo TODAS. Hay un suceso muy curioso que apenas se ha estudiado, pero que le ocurre prácticamente a todo el mundo. Y es que, cuando entras en una consulta médica, pierdes automáticamente la mitad aproximada de tu coeficiente intelectual. Esto es así. Tú vas con las ideas clarísimas y sabiendo los temas que quieres hablar, las cosas que te preocupan y cómo quieres preguntarlas de una forma perfectamente organizada. Todo está estructurado en tu cabeza. Lo repasas en la sala de espera y ves que sigue ahí, muy sólido. Y, nada más entrar en la consulta, la estructura se viene abajo y te quedas en blanco. Cuando sales, te vas acordando de cositas que no has mencionado y que a ti te preocupan y te das cuenta de que has olvidado comentar la mitad o más de las cosas que hubieras querido decir. Eso no pasa si lo apuntas. Lo llevas todo apuntado, lo sacas y metódicamente preguntas cada puñetera cosa que te preocupa.

Yo te recomiendo que apuntes ahí todas las cosas que te pasen. «Me ha dolido el pie derecho al levantarme». Pues lo apuntas. Porque lo normal es que no sea nada de nada, pero a veces hay un dolor o molestia que se repite varias veces y empieza a rayarte. Y, como ocurre de ciento en viento, el día de la consulta se te olvida. Pero luego te vuelve a pasar y no sabes si es normal o raro, común o grave, y le empiezas a dar vueltas en la cabeza a algo que, si hubieses apuntado, habrías preguntado. Suelen ser cosas normales y corrientes, pero quienes lo saben son los oncólogos, que son los que lidian con ellas continuamente. Y una vez que sabes que es algo normal, aunque moleste o duela, deja de ser preocupante. 

Si tienes un acompañante que vaya contigo a todas las consultas, delega en él todos estos asuntos o hacedlos a la par, para que se pierda la menor cantidad de información posible y para que tu carga de estrés se mantenga al mínimo.

7. DIARIO DE WHATSAPP
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